sábado, 6 de diciembre de 2014

Diario de Japón (III) Tokio: Tsukiji, Ginza, Odaiba



Muchos sabréis que en Japón son amantes de comer pescado desde tiempos inmemoriales, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que todo el país es una isla, o mejor dicho: un conjunto de islas. Con el tiempo se ha creado un gran negocio en torno a la pesca, distribución y venta del pescado y es por esto que en Tokio podemos encontrar el mercado de pescado más grande del mundo: el Tsukiji Market.

Interior del Tsukiji Market
Interior del Tsukiji Market

Para mantener la tónica del viaje de visitar varios lugares únicos en el mundo, decidimos visitar el mercado por la mañana. Uno de los atractivos del Tsukiji Market es la subasta de los atunes que tiene lugar alrededor de las 5 AM, aunque el acceso al turista está bastante restringido y sólo unos pocos afortunados pueden al final quedarse para poder presenciarlo; nosotros finalmente decidimos descansar un poco y visitar el mercado con el atún ya subastado y listo para ser vendido.

Señores Atunes
Señores Atunes

El mercado en sí es una nave enorme con varias avenidas principales donde no paran de pasar carretillas, carros y gente con mercancías; de hecho hay que tener bastante cuidado porque aunque uno esté de paseo, la mayoría de los que están ahí se encuentran trabajando a un ritmo frenético, así que en más de una ocasión tuvimos que marcarnos unos buenos recortes toreros para evitar ser atropellados. Además de las avenidas principales, hay un montón de callejuelas donde se ubican los distintos puestos, cada uno vendiendo el pescado fresco que corresponda, y muchos vendiendo y despiezando atunes enormes.

Desayuno
Desayuno

Tras un rato de paseo por el mercado, dimos una vuelta por las calles que lo rodean, que acaban formando un mercadillo de comida, especias y pescados en salazón, así como algún que otro restaurante. Siguiendo las recomendaciones leídas por Internet, paramos en uno de estos locales para desayunar sushi con el pescado más fresco que podíamos encontrar; en esta ocasión probamos el famoso Unagi (anguila), además de uno de huevas de bacalao y otro de pulpo, todo esto acompañado con el clásico té verde con sabor a tierra al que poco a poco te vas acostumbrando, especialmente cuando comes pescado crudo.

Teatro Kabuki
Teatro Kabuki

Una vez desayunados y con la curiosidad de ver los atunes satisfecha, fuimos caminando hacia el barrio de Ginza, uno de los distritos de alto standing en el centro de Tokio. En el camino pasamos por el teatro Kabuki, donde aún se hacen representaciones de obras clásicas kabuki. Bajando por la misma calle se encuentra el cruce 4-chuo dome y la tienda Wako cuyo edificio es famoso por su reloj. Nuestro destino en esa zona era el edificio de Sony, para ver la exposición gratuita de tecnología y gadgets de varias plantas, que merece la pena.

Palacio Imperial de Tokio
Palacio Imperial de Tokio

La siguiente parada oficial en nuestro itinerario fue el palacio imperial de Tokio, o mejor dicho, los jardines del palacio imperial de Tokio, pues el edificio en sí se encuentra cerrado al público y sólo está abierto dos días al año: el 2 de Enero y el día del cumpleaños del emperador. El acceso a los jardines desde el exterior de la muralla conlleva una caminata importante, y no se puede ver el edificio desde ningún punto, pero es un paseo agradable.

Con la tarde echándose encima, compramos unos onigiris en un combini para comer algo y nos dirigimos en metro hasta la estación de Shimbashi para conectar ahí con la línea Yurikamone que lleva a Odaiba, pudiendo apreciar la Tokyo Tower en el trayecto.

Odaiba es una isla artificial construida en la bahía de Tokio, que conecta con el resto de la ciudad a través del Rainbow Bridge. El distrito de Odaiba se ha erigido como una de las zonas de ocio y entretenimiento de la ciudad, además de ser una de las localizaciones donde se celebrarán eventos deportivos en los juegos olímpicos de 2020.

Rainbow Bridge
Rainbow Bridge

Al llegar visitamos la réplica de la estatua de la libertad y no pudimos evitar bajar a la playa para mojar los pies por primera vez en el océano Pacífico. De ahí nos dirigimos a Palette Town para ir al centro de exhibición de Toyota, donde curiosamente estaban presentando un nuevo todo terreno y después pudimos acceder a una simulación donde nosotros eramos los crash dummies. Palette Town en sí es un centro comercial de varias etapas, una de ellas está decorada como una plaza europea. También aprovechamos para visitar el extraño edificio de la Fuji TV donde pudimos comprobar que el anime One Piece estaba de rabiosa actualidad.

Fuji TV
El extraño edificio de la Fuji TV 

Aprovechamos para pasear un poco más por los distintos centros comerciales de la isla y finalmente emprendimos camino de vuelta a casa, de nuevo bastante agotados por la acumulación de kilómetros encima (¡cuánto hay que caminar en esta ciudad!).

Sayonara!

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