domingo, 16 de noviembre de 2014

Diario de Japón (I): Llegada al país del sol naciente



Ya de vuelta en España, y tras aclimatarnos de nuevo al horario y a la rutina, es momento de dedicar tiempo a ir compartiendo nuestra bitácora de viaje por Japón, lo haremos en varias partes para no acabar con una entrada demasiado extensa y así podéis haceros una idea de cómo organizamos y administramos los días en Japón.

Después de nuestro recorrido por Dubai estábamos exhaustos, así que nos subimos al avión de madrugada y no nos costó nada dormir un poco, de hecho, tuvimos que controlarnos las horas de sueño en el vuelo, ya que si dormíamos las 9 horas que dura el viaje nos encontraríamos recién despiertos a las 05:20 PM de Japón dando lugar a un Jet Lag de campeonato (Tened en cuenta siempre cómo minimizar el Jet Lag en los viajes largos para que no os arruine los primeros días). En resumen, dormimos unas 4 horas en el avión para llegar a Japón lo suficientemente cansados como para poder caer redondos por la noche. 



El vuelo aterrizó con media hora de retraso en el aeropuerto de Narita, a las afueras de Tokio. El paso por el aeropuerto fue bastante ágil y eficiente, una cosa que nos llamó mucho la atención fue cómo salían las maletas perfectamente alineadas y ordenadas en la cinta de recoger el equipaje (¡Bienvenidos a Japón!). Debíamos llevar mala cara con todo el cansancio, porque el agente de aduana nos pidió educadamente que abriésemos las maletas para inspección, pero no encontró más que ropa.

El aeropuerto de Narita tiene un mostrador de Japan Rail donde se puede canjear el cupón del JR Pass (Más info sobre el JR Pass aquí) por el librillo con el pase, y donde puedes indicar a partir de qué día quieres empezar a utilizarlo en los trenes (o puedes activarlo el mismo día si lo prefieres), en este mismo mostrador venden billetes para el Narita Express, que conecta con las principales estaciones de la línea Yamanote en Tokio y tiene un descuento del 50% para los extranjeros en el trayecto Aeropuerto - Tokio (lamentablemente la vuelta al aeropuerto no tiene ningún descuento) y sale por 1500 yenes. Por tratarse de un tren de JR, se puede acceder con el JR Pass si se ha activado ya, previa asignación de asiento en el mostrador.


Estación de tren del Aeropuerto

Dentro del Narita Express

Tras 1 hora de trayecto en tren llegamos a nuestro destino: la estación de Shibuya. Llevábamos tres mapas de la estación e indicaciones muy específicas para pillar la salida oeste e incluso aprendimos a reconocer los caracteres en japonés que la indicaban: 西口 (para nosotros: 'Pi' montado sobre una TV y un cuadrado con patas), y aún así no sabemos muy bien por dónde salimos, aunque tras andar unos metros nos topamos con Hachiko y el famoso cruce de Shibuya (ya hablaremos de esto con más detalle en otra entrada), así que ya estábamos ubicados y procedimos a caminar en dirección al apartamento donde nos alojaríamos en Tokio, que pillamos con airbnb.

Selfie con Hachiko dándonos la bienvenida

Llegamos al apartamento sin perdernos demasiado, dejamos el equipaje y nos preparamos para dar una vuelta por el barrio de Shibuya en búsqueda de un sitio para cenar (una aventura que después repetiríamos todos los días del viaje). Tras varias vueltas viendo fotos, maquetas de platos y sin entender los menús, finalmente nos decidimos por un kaiten sushi bastante bueno de los que te mandan la comida que vas pidiendo en una bandeja que va y viene sobre una cinta magnética, y donde puedes tomar todo el té verde en polvo que quieras con tu comida, que a mí siempre me supo a tierra. Nada más entrar nos recibieron casi al unísono todos los empleados con un Irasshaimase!, que en ese momento no teníamos ni idea de que iba a ser una de las palabras que más veces escucharíamos al día (con permiso del arigato gozaimasu!).

Kaiten Sushi

Tras la cena nos dimos un paseo por el center gai de Shibuya con todas las luces, la gente disfrazada de halloween, los karaokes, los restaurantes y los locales de dudosa reputación con fotos de muchachas sonrientes.

Karaoke

Locales de dudosa reputación

De vuelta al piso pillamos un café y unos dulces (confiábamos en que lo fueran) en el 7eleven de la esquina para tomar la mañana siguiente, aunque podríamos haberlo comprado en el 7eleven de la calle de abajo, o en el de la otra esquina o en el Family Mart del otro lado de la calle o en el que estaba al lado del otro 7eleven... Ya entendéis lo que queremos dar a entender: Konbinis a patadas para comprar desde un corn dog a un onigiri, pasando por desodorante, leche o una revista manga con un dibujo de una chica con un pecho anatómicamente imposible. Llegamos al piso y dormimos como troncos en nuestro futón hasta el día siguiente, pero eso será contenido de otro post.

Bollería (¿?) para el desayuno


¡Arigato Gozaimasu!


Al planificar el viaje compramos el Japan Rail Pass, que es un pase que permite viajar en todas las líneas de la compañía JR (excepto el Nozomi y el Mizuho Shinkansen) durante un número fijo de días a elegir. Este pase sólo puede ser adquirido fuera de Japón, con antelación y para ser usado por extranjeros. Nosotros compramos el JR Pass de 7 días y nos salió por cerca de 200€ por persona; teniendo en cuenta que sólo el viaje ida y vuelta de Tokio a Kioto cuesta alrededor de 150€, merece la pena. Existen muchos agentes autorizados y páginas web que venden el JR Pass, nosotros lo compramos aquí, que aunque existe una versión española de la página, por algún motivo sale un poco más barato en la italiana. Tras el pago te envían el cupón que has de canjear en Japón en un par de días por FedEx.

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